Este año el teletrabajo llegó para quedarse. En el sector empresarial se presentaron retos importantes y urgentes de atender para asegurar la productividad y bienestar de las organizaciones, tales como la seguridad de información, mejoras en sus plataformas tecnológicas, gestión del talento, interacción entre empleados, además de la salud y el bienestar emocional, psicológico y social de los trabajadores, entre otros.
Las empresas han priorizado adecuarse a programas de trabajo remoto al prolongarse la pandemia, aplazando nuevos arrendamientos, ampliaciones de oficinas y renovaciones de contratos. La situación generó una reducción del 1% en rentas y un incremento del 11% sobre la vacancia.
La respuesta del sector, de gestores y propietarios, fue proactiva. Hubo un incremento de las renegociaciones de los contratos con planes de retención enfocados en un win-win entre el propietario y el inquilino, con esquemas flexibles para que la renta no sea el motivo para no arrendar.
Hoy, en una economía en proceso de recuperación, vemos una mayor demanda por ventilación natural, áreas comunes en espacios abiertos y que garanticen la distancia entre colaboradores. Asimismo, vemos interés por incorporar tecnologías no touch en los accesos y ascensores, así como reconocimiento de voz, termómetros, lectores de códigos QR, entre otras alternativas. Pero también vemos que se está incorporando al negocio mayor flexibilidad en los contratos, plazos y esquemas del pago de las rentas.
A inicios del 2020 ya habíamos notado una reducción de los metros cuadrados que salieron al mercado. El 2021, se espera alrededor de 80 mil metros cuadrados nuevos, continuando así el perfil conservador de los desarrolladores en sumar nuevos proyectos para ubicarse en niveles de vacancia saludables. Sin embargo, seguirá teniendo mayor importancia la flexibilidad del arrendamiento por la incertidumbre del largo plazo, en las condiciones relacionadas a penalidades, devoluciones y crecimiento de espacio, plazos de gracia, incrementos de renta, entre otros.
Las oficinas, sin duda, seguirán siendo fundamentales para el desarrollo de las empresas. Es posible que ahora tengan una orientación mayor hacia ambientes colaborativos, como necesarios para comunicar y reforzar la cultura de la organización. A la gerencia de las empresas les interesa que la organización vuelva a reunirse, en algunos casos considerando modelos que combinen esquemas presenciales y home office.
En este, como en otros sectores, se aplicará la lección aprendida de implementar y gestionar espacios saludables, con una distribución que nos permita tener estaciones de trabajo apropiadas y se circule fácilmente. En la búsqueda de nuevos espacios de oficina, la tendencia será encontrar aquellos que permitan una distribución adhoc, compatible con el estándar sanitario actual, los nuevos hábitos y las necesidades de los trabajadores.
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