El factoring se ha vuelto muy popular en los últimos años. Desde la promulgación de la Ley de Factura Negociable y su reglamento en el año 2015, muchas empresas que brindan este servicio (conocidos como “factores”) han entrado al mercado, brindado solución a pequeños proveedor que hasta entonces tenían muchas dificultades para encontrar financiamiento para sus operaciones diarias.
Las restricciones de los bancos hacia las pequeñas empresas han logrado que estos factores tengan mucho éxito, apelando a un modelo de negocio que ha probado ser bastante seguro en forma, y que mantiene bajos niveles de riesgo de impago, cuando se gestiona responsablemente.
Las empresas que otorgan este servicio financiero deben ser muy escrupulosas en el análisis crediticio de sus clientes, así como hacer un seguimiento diligente a cualquier alerta que pueda generar su cliente, sea de índole financiera, operativa o incluso, reputacional. Llevado de esta manera, el nivel de morosidad de las carteras de factoring tiende a ser bastante bajo.
De cara a invertir en este tipo de instrumentos, el mercado ofrece muchas alternativas para el inversionista retail. Existen empresas que captan fondos de personas naturales y los invierten en estas operaciones, generando una rentabilidad acorde a mercado. Sin embargo, hay que reconocer las diferencias que hay entre todos los actores de la industria, ya que la mayoría de empresas Fintech de este tipo ofrecen la adquisición de un valor (factura) específico. Esto genera un alto riesgo operativo, ya que si ese documento en particular no llega a ser cobrado, el inversionista tampoco podrá recuperar su capital.
En tal sentido, participar en un fondo de inversión de factoring suele ser más seguro, ya que aquí no se está adquiriendo un valor específico, sino que se está accediendo a un portafolio diversificado por sectores, moneda e importes. Si bien la rentabilidad propuesta de estos fondos puede ser ligeramente menor a la ofrecida por las Fintech mencionadas anteriormente, el riesgo asociado a estas inversiones es menor, ya que detrás de ella se encuentra la gestión de un equipo de análisis crediticio y una política de provisiones para operaciones no cobradas. Estos elementos son un respaldo importante para que estos portafolios sean exitosos en el tiempo, y por tanto, más seguros para el inversionista que empieza a incursionar en este mundo.