Cómo la tecnología y los nuevos jugadores especializados están transformado la oferta local de productos de inversión
Hasta ahora, el mundo de la gestión patrimonial ha estado reservado para personas de alto patrimonio, que acceden a banqueros privados y asesores de inversiones que les aconsejan cómo componer un portafolio diversificado de inversiones tanto locales como internacionales. La inversión mínima por producto suele ser significativa y la diversificación de productos supone establecer relaciones con distintos proveedores especializados. La oferta de valor del banquero/asesor incluye el representar al inversionista y relacionarse con los distintos proveedores, consolidar la información en un único estado de cuenta, entre otros.
En este escenario, los bancos y administradores de fondos locales han estado enfocados en desarrollar productos propios y ofrecer a sus clientes un ecosistema relativamente cerrado de productos de inversión. Esto les permitía acceder a un mayor porcentaje de la billetera del cliente y cobrar comisiones tanto sobre los activos administrados como por la estructuración y administración de cada producto colocado.
Hoy, el panorama comienza a ampliarse con la aparición de plataformas y jugadores en nichos específicos que, con la ayuda de la tecnología, permiten al cliente conocer los distintos productos ofrecidos, abrir una cuenta, realizar transacciones y consolidar su portafolio. Y han logrado hacerlo de manera simple, a costo reducido y con una inversión mínima baja. Es decir, accesible a personas naturales con ingresos y patrimonio menores.
Estos cambios han permitido que los jóvenes, nativos tecnológicos, seguidos por los no tan jóvenes, comiencen a invertir no solo en certificados de depósito, acciones, bonos y fondos mutuos, pero también prestando dinero a empresas pequeñas y medianas en forma directa (ej. compra de facturas), accediendo a un portafolio diversificado de inmuebles que generan renta (FIBRAs y FIRBIs) y hasta tomando una participación en el capital de las empresas vía plataformas de crowdfunding.
Ello ha propiciado que los bancos y administradores de fondos abran progresivamente su portafolio de productos de inversión para incorporar productos de terceros, tanto locales como internacionales. Un ejemplo es la creación de “fondos de fondos” locales, a través de los cuales se ofrece al cliente una diversidad de estrategias de inversión específicas mediante la adquisición de portafolios de fondos internacionales especializados en la estrategia elegida.
Y así, pronto veremos plataformas que agreguen de forma simple y accesible productos de inversión propios y de terceros, locales e internacionales, de valores negociables y de activos alternativos. De modo que una persona natural, con ahorros e ingresos medios, podrá gestionar activamente su dinero, trasladando sus ingresos automáticamente a un fondo de tesorería y desde ahí construir un portafolio de inversiones diversificado, con un perfil de riesgo/retorno acorde con su preferencia.